No puedo ocultar mi alegría. La convocatoria de Dayro Moreno a la Selección Colombia me llena de orgullo, emoción y hasta esperanza. Y lo digo sin titubeos: a sus 39 años, el delantero del Once Caldas demuestra que en el fútbol no manda la cédula, mandan los goles.
Dayro es un ídolo en Manizales, la casa donde se hizo grande y donde su nombre está escrito con letras doradas en la historia del Once Caldas. En el resto del país, es un delantero respetado, incluso querido en las ciudades donde pasó dejando huella, pero es aquí, en la capital de Caldas, donde se le idolatra de verdad. Y cómo no hacerlo, si es el máximo goleador histórico del fútbol colombiano, el goleador actual de la Copa Sudamericana y el emblema de un equipo que lo sigue disfrutando como si el tiempo no pasara.
Su llamado a la Selección, después de nueve años de ausencia, no es un premio a la nostalgia. Es la confirmación de que cuando un goleador está en racha, la Selección debe abrirle las puertas.
La escena lo dice todo: Dayro, recién llegado de Pasto con el Once Caldas tras un partido de Copa BetPlay, se entera en el avión de su convocatoria. Apenas tocó tierra en Bogotá, los pasajeros lo aplaudieron como si ya hubiera marcado un gol con la tricolor. Ese detalle resume la dimensión del momento: el pueblo reconoce al hombre que nunca ha dejado de hacer lo que mejor sabe, romper redes.
“Siempre he dicho que lo que juega no es la edad, son los goles”, dijo en entrevista. Y tiene toda la razón. La Selección hoy carece de un ‘9’ que dé confianza plena. Los nombres se repiten, pero la efectividad sigue siendo una deuda. Ahí entra Dayro: con casi 40 años, está vigente, fino y con hambre. ¿No es eso lo que necesitamos para rematar la Eliminatoria y asegurar el Mundial?
La historia le da peso a su regreso. Dayro ya sabe lo que es marcar en Eliminatorias: lo hizo nada más y nada menos que contra Argentina, en aquel camino rumbo a Sudáfrica 2010. Ha disputado 26 partidos con Colombia, y ahora, nueve años después de su última vez, regresa con la madurez de la experiencia y la misma ambición de siempre.
Este llamado también tiene un aire de justicia. Durante meses, hinchas y glorias de nuestro fútbol como Faustino Asprilla, el ‘Pibe’ Valderrama y Harold Lozano venían pidiendo su nombre. Y al fin, el profesor Néstor Lorenzo escuchó.
No sé si Dayro será titular o si jugará pocos minutos. Eso ya lo decidirá el técnico. Lo que sí sé es que, en un equipo donde el gol es escaso, tener al goleador histórico del país en la nómina no es un lujo, es una necesidad.
Hoy más que nunca creo en su frase: la Selección es el momento. Y el momento de Dayro es ahora.
Porque al final, los goles no se discuten. Y Dayro sigue siendo el grito de gol más vigente que tenemos.