Este sábado a las 6:30 p.m., el Once Caldas y el Deportivo Pereira volverán a verse las caras en una nueva edición del Clásico Cafetero. Se trata de un enfrentamiento que trasciende los 90 minutos y que representa el orgullo de dos ciudades que han forjado una de las rivalidades más intensas del fútbol colombiano.
El más reciente capítulo de esta historia se escribió el pasado 19 de febrero en el estadio Palogrande de Manizales, cuando el Once Caldas se impuso 3-1 sobre su eterno rival en la fecha 5 de la Liga BetPlay. Ahora, el conjunto albo buscará repetir la dosis, mientras que los matecañas intentarán cobrar revancha ante su afición.
La actualidad de ambos equipos
El presente en la tabla de posiciones le da un condimento extra a este clásico. El Once Caldas ocupa la casilla 11 con 12 puntos, mientras que el Deportivo Pereira está en la casilla 12 con 11 unidades. Es un duelo directo por la posición en la tabla, lo que aumenta la tensión y la importancia del partido para ambas escuadras.
¿Por qué un clásico es tan especial?
Los clásicos en el fútbol no son solo partidos; son batallas deportivas donde el honor está en juego. No importa cómo llegue cada equipo en la tabla de posiciones, la intensidad es la misma. La victoria representa una inyección de orgullo para los hinchas y un golpe anímico para el perdedor. Además, estos partidos marcan historia, crean héroes y villanos, y son el combustible que alimenta la pasión de toda una región.
Para los jugadores, un clásico es diferente. No es un partido más. La presión de la hinchada, la expectativa de la ciudad y el peso de la historia lo convierten en un desafío único. “Estos partidos se juegan con el corazón”, es una frase recurrente en los protagonistas de estos duelos. Es una oportunidad de dejar huella en el club y en la memoria de los aficionados.
El Clásico Cafetero y su historia de rivalidad
La rivalidad entre Once Caldas y Deportivo Pereira tiene raíces profundas. Manizales y Pereira han competido en múltiples ámbitos a lo largo de la historia, desde lo económico hasta lo cultural, y el fútbol no ha sido la excepción. Aunque los albos han tenido más éxitos a nivel nacional e internacional, incluyendo la inolvidable Copa Libertadores de 2004, los matecañas han forjado una hinchada fiel y apasionada que hace del Hernán Ramírez Villegas un fortín difícil de asaltar.
A diferencia de otros clásicos en Colombia, como el capitalino entre Santa Fe y Millonarios, el paisa entre Nacional y Medellín, o el vallecaucano entre América y Deportivo Cali, el Clásico Cafetero tiene un componente de identidad regional muy fuerte. Representa la lucha entre dos equipos que, aunque no son de las principales metrópolis del país, han sabido construir una rivalidad que se siente en cada rincón del Eje Cafetero.
La pasión en las tribunas y la ausencia de la hinchada visitante
Los hinchas viven estos duelos con una intensidad especial. Desde días antes del partido, en las calles de Manizales y Pereira se respira un ambiente diferente, con cánticos, banderas y debates sobre el posible resultado. En el estadio, la fiesta es inigualable, con las barras alentando sin cesar y cada gol celebrándose como una final.
Sin embargo, en esta ocasión, la hinchada del Once Caldas no podrá estar presente en el Hernán Ramírez Villegas, debido a la decisión de cerrar las puertas a los visitantes. Esta medida le quitará un ingrediente al clásico, pues una de las esencias del fútbol es ver la pasión de ambas aficiones en las tribunas.
Este sábado, una vez más, Manizales y Pereira detendrán su rutina para vivir con intensidad uno de los duelos más esperados del campeonato. No es solo fútbol; es historia, pasión y orgullo cafetero en su máxima expresión.