Germán Ezequiel Cano tiene al Once Caldas como su víctima favorita. Le marcó 12 goles en 14 partidos con las camisetas de Deportivo Pereira, Independiente Medellín y, ahora, con la de Fluminense.
21.111 asistentes presenciaron el debut del Blanco en la fase de grupos de la Copa Sudamericana. Fluminense ganó sin despeinarse, como se dice. A media máquina y con un juego muy lento, paquidérmico en algunos momentos, le bastó para derrotar al Once en su casa. Los primeros 20 minutos del partido fueron del local: intensidad, presión alta, toque rápido, vértigo; fueron los ingredientes.
Luego, la visita, con un Jhon Arias como su mejor carta, poco a poco tomó las riendas. Al minuto 30, por derecha, el colombiano burló la espalda de Juan Pablo Patiño, lanzó un centro al corazón del área y Germán Cano, sin marca, cabeceó solo con un gesto técnico prístino para dejar sin posibilidades a James Aguirre, que voló para adornar el golazo del argentino.
Dayro Moreno, al final del primer tiempo, tuvo un remate claro que fue desviado por Fábio, quien evitó, en un par de ocasiones, la caída de su reino.
El replanteo del Profe Herrera no dio resultados. Los cambios no generaron nada diferente. El equipo fue plano, sin ideas, sin rebeldía, y solo con destellos individuales, que estuvieron muy cerca de ser suficientes para lograr la igualdad en el complemento.
Finalmente, Fluminense ganó y se llevó tres puntos importantes a Brasil. Once Caldas tendrá que enfrentar el sábado a las 6:20 de la tarde en Palogrande, a América de Cali por el torneo local y, posteriormente, viajar a Chile para visitar a Unión Española por la fecha 2 de la Copa Sudamericana, con la convicción de recuperar lo perdido en casa.