El Atanasio Girardot volvió a ser una fortaleza. , Atlético Nacional selló su clasificación a las semifinales de la Copa BetPlay tras vencer 2-0 al Once Caldas. Un gol de cabeza de Andrés Sarmiento al minuto 28 marcó la diferencia en una serie que terminó 3-0 en el global, que deja al equipo de Manizales con un panorama totalmente desolador.
El primer tiempo había comenzado con esperanza. El Once Caldas salió decidido a buscar el partido, presionando alto, intentando sorprender con transiciones rápidas y aprovechando los espacios que dejaba Nacional. Hubo aproximaciones claras, momentos en los que el arco de David Ospina parecía quedar al alcance, pero la historia fue la de siempre: la falta de contundencia.
Y cuando el gol no llega, el fútbol suele castigar. En una jugada aislada, un centro al área encontró la cabeza de Sarmiento, que con un movimiento certero cambió la trayectoria del balón y silenció la ilusión blanca,. A partir de ahí, el partido cambió de dueño. El equipo manizaleño se apagó poco a poco, perdió el impulso y pareció desmoronarse anímicamente.
La segunda parte ofreció una oportunidad inesperada: la expulsión de Edwin Cardona al minuto 57. Nacional se quedaba con diez hombres y quedaba casi media hora por delante. Era el momento de creer, de reaccionar. Pero nada de eso ocurrió. El Once Caldas no supo aprovechar el hombre de más, no encontró caminos, ni ideas, ni alma para cambiar la historia, al contrario, Andres Salazar convirtió el 2-0 al minuto 88 que dejó la serie totalmente definida para el conjunto verdolaga.
El pitazo final confirmó lo inevitable: eliminación en la Copa Play y, con ella, de otra posibilidad de volver a levantar un título. Ya había quedado fuera de la Copa Sudamericana, y ahora el panorama se vuelve cada vez más desolador. Solo queda la Liga, un torneo en el que el equipo debe ganar casi todo lo que resta si quiere clasificar. Una tarea que, vista desde hoy, parece más una utopía que una meta.
El hincha blanco vuelve a casa con la misma sensación de siempre: la de ver un equipo que intenta, pero no alcanza; que promete, pero no cumple. Un Once Caldas que no logra levantar cabeza y que, poco a poco, pierde la fe de su gente.
En Medellín se apagó otro sueño. Y en Manizales, una vez más, el silencio duele más que el resultado.